Turismo de playa y vinos para celebrar el Día de La Rioja y Murcia

La Rioja y Murcia celebran el 9 de junio su día de la comunidad en conmemoración de la firma del Rey por la que en 1982 estas dos regiones lograron su autonomía. Hoy, en Seguros RGA visitamos estas dos tierras separadas por tantos kilómetros de distancia pero que comparten atractivos turísticos gracias a su riqueza patrimonial y su pasión por el vino. Desde las playas de blancas dunas de Murcia a los venerados vinos de La Rioja, hoy celebramos el Día de La Rioja y Murcia de la mejor forma que se nos ocurre, recomendando un viaje que os va a sorprender con los muchos regalos (unos más conocidos que otros) que ofrecen estas dos regiones.

La Rioja, una región de vinos y pinchos

Situada al norte de la Península Ibérica y con 5.045 kilómetros cuadrados de territorio, La Rioja es la región más pequeña de toda España. A pesar de eso, esta tierra ofrece toques del Mediterráneo, sierras nevadas en invierno y siete ríos que convierten al agua en su principal protagonista. El Ebro, el más caudaloso del país, es uno de ellos.

Pero si por algo es conocida La Rioja es por sus vinos y sus pinchos. La marca ‘La Rioja’ es en la actualidad “una de las cinco con mayor notoriedad entre las zonas vinícolas más prestigiosas de todo el mundo”. Y no es de extrañar si tenemos en cuenta las características que poseen sus vinos: elegancia, equilibrio y versatilidad, y lo fácil que resulta combinarlos con una gastronomía como la riojana, donde la huerta y las colinas del sur ofrecen productos tan ricos como las alcachofas y la carne de ternera camerana, además del pescado (sobre todo el bacalao) a pesar de ser una región de interior.

Ir de pinchos por La Rioja debería ser algo obligado teniendo en cuenta que cada lugar ofrece una especialidad diferente. En La Rioja Turismo nos recomiendan algunos, como los que se reparten en Logroño por la Calle Laurel o por San Agustín. Y para ir abriendo el apetito, nada mejor que deleitarnos con los platos ganadores del último Concurso de la Tapa de La Rioja, con chipirones, cordero, pato y codillo como algunos de sus ingredientes estrella.

Aunque si hay un plan que se lleva la palma en La Rioja es buscar una buena ruta de bodegas y poner rumbo hacia ellas dispuestos a disfrutar de encuentros con el vino de la forma más tradicional o, al contrario, en espacios absolutamente vanguardistas.

Disfrutar de la cultura en La Rioja

Todos hemos oído alguna vez la adivinanza: ¿De qué color es el caballo blanco de Santiago? Pues bien, esa expresión tan arraigada en España se refiere a una leyenda que habla de la batalla de Clavijo, en La Rioja, donde -según se cuenta- el apóstol Santiago apareció a lomos de un caballo de este color amedrentando a “los infieles” y cercenando sus cabezas en auxilio de los cristianos.

Es sólo una de las muchas historias que se pueden escuchar en esta tierra (aunque la historia tenga más de ficción que de realidad). Otras muchas hablan de su pasado celtíbero, con el poblado de Contrebia Leukade, de su pasado romano y de su huella medieval, visibles aún hoy en lugares como Calahorra o la Calzada del Valle del Ebro, y las ferias y mercados medievales que rescatan tradiciones pasadas en el presente a lo largo y ancho de sus municipios. A destacar la recreación que hace Logroño de la quema de las llamadas Brujas de Zugarramurdi, tras un ‘Acto de Fe’ por el que se quemó en la hoguera en 1610 a doce personas acusadas de brujería. A raíz de este acto, se cuestionó la Inquisición.

En el Top 10 de los pueblos de La Rioja, según Traveler, no pueden faltar San Millán de la Cogolla, Ezcaray, San Vicente de la Sonsierra, Torrecilla en Cameros, Santo Domingo de la Calzada o Briñas. Y por supuesto: Logroño, la capital de La Rioja, que ofrece al visitante espacios con tanto encanto como la Concatedral de Santa María la Redonda, la Iglesia de San Bartolomé, el Parque del Espolón, el Puente de Piedra y el Parlamento.

Y cuando el cansancio apriete, nada mejor que buscar asiento en alguno de los 60 establecimientos que se reparten por la Calle Laurel, donde podremos probar algunos de sus famosos vinos y pinchos.

Murcia, una tierra de contrastes

Situada en la parte suroriental de la Península Ibérica, Murcia ocupa un territorio de 11.317 kilómetros cuadrados a través de los cuales es posible advertir sus muchos contrastes. Es a la vez una región de secano y regadío, de llanuras y montañas, de interior y litoral, que tiene en la conocida como Costa Cálida uno de sus principales reclamos.

En el Top Ten de las rutas por Murcia que encontramos en la web oficial de turismo no faltan la Ruta de las Norias, que rescata la importancia que tiene el agua en el Valle de Ricote; la Ruta del Vino, que invita al visitante a descubrir las denominaciones de origen de Yecla, Bullas y Jumilla; Por la Costa, con paseos que deleitan a cualquier turista a lo largo del Mar Menor; o la ruta que nos convierte en Romano por un día, siguiendo los pasos de los romanos por la antigua Carthago Nova (hoy Cartagena), que llegó a ser un puerto de mucha importancia en época del emperador Augusto.

Lo cierto es que pisar ciudades como la capital, Murcia, pero también Cartagena, Lorca o Caravaca de la Cruz se convierte en una oportunidad de excepción para descubrir las huellas de su pasado romano, sus medinas árabes o sus castillos y torres.

En Murcia es imprescindible subir al Quitapesares, primero, para admirarla en todo su esplendor. Desde allí es posible ver su increíble sierra desde el Parque Regional del Valle y Carrascoy, pero también Terra Natura, un parque temático que contiene los hábitats naturales de todo el planeta.

La ciudad invita a pasear por sus dos principales arterias, Trapería y Platería, el Paseo del Malecón o su Centro de Artesanía, un lugar donde seguro encuentras un pedacito de Murcia que llevarte a casa. Los más de 600 años de la Catedral de Murcia y El Casino, en pleno corazón urbano, son otras dos visitas que no hay que perderse, junto a los muchos museos que se reparten por la ciudad: como el de Salzillo, el de Santa Clara, el de Ramón Gaya, el de la Catedral o el Arqueológico.

De Cartagena es imposible salir sin sentirse un poco romano gracias a su teatro o el yacimiento del Foro Romano, que guarda aún el esplendor de aquellos tiempos con su complejo termal y el edificio del atrio. Pero en esta ciudad también es posible disfrutar del turismo veraniego gracias a la preciosa cala mediterránea de Cala Cortina, un lugar perfecto para el baño y para practicar buceo.

Y de Roma caminamos rumbo a la época medieval a través de Lorca y sus muchos vestigios de las culturas medieval, renacentista y barroca. La Fortaleza del Sol, un castillo medieval, es uno de sus grandes símbolos y hoy es posible disfrutar en familia de sus numerosas actividades.

Tampoco hay que dejar de visitar en el Parque Arqueológico de la Judería, la única sinagoga de toda España que no se convirtió después en iglesia; o los muchos palacios, plazas, templos y museos por los que hoy puede presumir Lorca de su gran riqueza patrimonial.

Para aquellos viajeros que busquen un tipo de turismo diferente y que quieran sentirse como auténticos peregrinos es aconsejable una visita a Caravaca de la Cruz, considerada una de las cinco ciudades santas del mundo que además celebra un jubileo perpetuo.

La Costa Cálida, toda una sorpresa

El Mar Menor y el Mediterráneo regalan a Murcia algunos de los parajes más envidiables de costa ante los que caer prendados. Desde Águilas a la Bahía de Mazarrón, es posible encontrar kilómetros de playas con dunas blancas, calas y playas ‘salvajes’ que sorprenderán al turista.

Entre su oferta gastronómica, los platos más buscados son el zarangollo, el pisto de la vega media, el mojete o sus deliciosos pasteles salados. Todo un obsequio para completar cualquier paseo por Murcia.

Hablar de sus playas y sus ríos, de su gastronomía, de sus vinos y toda esa cultura que nos habla del rico pasado de ambas comunidades es la mejor forma de celebrar el Día de La Rioja y Murcia.