Entre la ‘pequeña manzana’ y ‘Expediente X’
El ‘juez’ de la competición. Así han catalogado algunas publicaciones la etapa 20 de la Vuelta a España por ser decisiva. Quien se lleve al maillot rojo tras coronar el alto de Aitana, se alzará con la victoria en la general. Antes, el pelotón tendrá que recorrer los 184 kilómetros de esta etapa, que arranca en Benidorm y pasa por tres puertos de segunda, uno de tercera y otro de categoría especial. Los aficionados al ciclismo tendrán la ocasión de disfrutar, gracias a esta ronda, de una de las localidades más turísticas de España, Benidorm, así como del punto más alto de la provincia.
Benidorm, la Nueva York del Mediterráneo
La ciudad alicantina, llamada popularmente ‘la pequeña manzana’ o ‘la Nueva York del Mediterráneo’, se ha ganado este pseudónimo por su skyline similar al de la Gran Manzana. Se trata, de hecho, de la ciudad con más rascacielos por habitantes del mundo y la segunda, después de Nueva York, con más rascacielos por metro cuadrado. Es, además, la ciudad española con mayor número de edificios que sobrepasan los mil metros de altura.
Aparte de su atractivo perfil, Benidorm ha conseguido fama mundial por sus playas -como las de Levante y Poniente- y sus calas, entre ellas la del Tio Ximo o la Cala Almadrava, ideales para la práctica de submarinismo, pero también por su animado ambiente nocturno. Sin embargo, la belleza de la ciudad va más allá de su costa y del turismo de sol y playa.
¿Qué ver en Benidorm?
Benidorm apenas contaba con 216 vecinos en 1715. El arte del calado de almadraba hizo que este pequeño pueblo pesquero multiplicara su población en el siglo XVIII hasta alcanzar los 2.700 habitantes. Hoy día es posible imaginar aquel pasado ligado a la pesca paseando por su casco urbano. Allí, un acantilado natural, Punta Canfali, divide las dos playas de la ciudad alicantina.
En este enclave se alzaba un castillo construido en 1325 que quedó prácticamente destruido en el siglo XV por las incursiones piratas que sufrió la zona. Aunque fue restaurado, sus muros no resistieron la guerra de la Independencia en el siglo XIX, cuando fue destruido. Hoy en día se ha convertido en un bonito mirador sobre una gran plaza, uno de los puntos emblemáticos de la ciudad al que se conoce como el Balcón del Mediterráneo.
En el entorno se puede visitar, además, la iglesia de San Jaime y Santa Ana, que data del siglo XVIII. Comenzó a edificarse en 1740, después de que apareciera la imagen de la patrona de Benidorm, la Virgen del Sufragio. Cuenta la leyenda que aquel año un navío encalló en la costa del pueblo tras una gran tormenta. Ante el miedo a una posible epidemia, al desconocer el origen de aquel barco, se optó por quemarlo. Entre sus cenizas se halló la imagen de la virgen, en cuyo honor se celebran las fiestas patronales de Benidorm. Anualmente se escenifica lo sucedido antes de encontrar la talla durante los festejos, que se celebran en noviembre, el mes que regresaban los pescadores de la almadraba.
Merece la pena recorrer, además, vestigios de la historia de la ciudad, como la Torre Punta del Cavall, declarada Bien de Interés Cultural, o el asentamiento ibérico Tossal de la Cala (siglos III-I aC), testigo y recuerdo del interés que despertó la zona como punto de intercambio comercial.
A la historia se suman parajes naturales de gran encanto como Sierra Helada Isla Mitjana, también llamada Isla de los Pulpos, y la Isla de Benidorm, dos paraísos para los amantes del submarinismo.
Sobre el origen de esta última circulan numerosas leyendas: hay quien dice que se trata de un fragmento del Puig Campana que cayó al mar después de que el caballo de Santiago le lanzara una coz al salir presuroso a cabalgar para ayudar a los cristianos; otras la vinculan a un origen más romántico: cuentan que el gigante Roldán partió la montaña para conseguir que los rayos del sol alumbrasen unas horas más a su amada, que moriría tras el ocaso.
Para quienes además de leyenda buscan aventura durante la etapa 20 de la Vuelta a su paso por Benidorm, sin duda serán puntos de interés los parques temáticos de la ciudad: Aqualandia, Terra Natura, Mundomar y Terra Mítica.
¿Qué comer en Benidorm?
Benidorm cuenta con una variada y rica gastronomía, abanderada por sus pescados y sus arroces. Los más populares son el arroz caldoso y el arroz a banda, con un caldo a base de morralla de pescado que permite preparar dos platos en uno: por un lado arroz de pescado y, por otro, un guiso de patata conocido como caldero marino.
Entre los aperitivos de la zona destaca la coca rellena o coca farcida, cuyo relleno tiene distintas variantes, entre ellas, un pisto de tomate, atún y guisantes con una masa de harina y aceite.
Para coronar la comida, un buen postre. Es famoso el esponjoso Bollo de San Blas, con sabor a limón, típico en las fiestas que le dan nombre; y el pastel de boniato, una empanadilla con masa de boniato que se acostumbra a comer en Navidad.
La cima de Aitana, el punto más alto de Alicante
La Sierra de Aitana, meta de la etapa 20 de la Vuelta, destaca por su fascinante diversidad de flora y fauna. Sus laderas, cubiertas por una ‘alfombra’ de romero, lentisco y tomillo, están pobladas de pinos, olivos, almendros, fresnos y algarrobos, entre otros árboles. Su cima, situada a 1.558 sobre el nivel del mar, es el punto más elevado de Alicante. Allí florecen matorral de hoja espinosa como el rosal silvestre o escaramujo, el espino blanco o el cojín de monja.
En la zona habitan numerosas especies animales. En su entorno se enclava Safari Aitana, una reserva con fauna salvaje de distintos continentes.
En la Sierra también se encuentra el antiguo acuartelamiento del EVA 5 (Escuadrón de Vigilancia Aérea), desmantelado en 2007. Allí se vivió un misterioso capítulo relacionado con el avistamiento de Objetos no Identificados (OVNI). Corría el año 1975, el 27 de julio, sobre las cuatro de la mañana, el suboficial al mando avisó de la presencia de un punto luminoso en el radar que se movía a gran velocidad y volaba a una altura no alcanzada por los aviones comerciales. Poco después, otros dos aparecieron en su pantalla.
Los militares de guardia observaron entonces cómo uno de aquellos objetos accedía a la zona restringida y se situaba a escasos 20 metros del suelo, donde comenzó a emitir unos zumbidos y un ‘flash’ deslumbrante. Poco después continuó su vuelo rumbo al mar.
Al margen de este enigmático capítulo, documentado en distintas publicaciones, la Sierra de Aitana guarda en su interior bonitas rutas para hacer senderismo, como la que parte de la Fuente de Partegat.
¿Qué ver en la Sierra de Aitana?
Precisamente uno de los grandes atractivos de la Sierra de Aitana son sus fuentes de aguas cristalinas, por las que también se puede hacer una agradable excursión. Además de la de Partegat, situada en un paraje de singular belleza en el que se pueden contemplar grietas de entre 10 y 20 metros de anchura, con más de 100 metros de profundidad formadas por la acción del agua, en el entorno se pueden visitar la Font de la Forata, ubicada a unos 1.400 metros sobre el nivel del mar, y la Font de l’Arbre, situada en un área recreativa con mesas de madera y barbacoas donde se puede pasar un divertido día de campo.
Ruta en bicicleta por la Sierra de Aitana
Durante la etapa 20 de la Vuelta los aficionados al ciclismo pueden aprovechar para subir al alto de Aitana desde Tudons.
Durante estas fechas se abre la barrera que circunda las instalaciones del Ejército del Aire para posibilitar el ascenso hasta la cima, a la que a lo largo del año no se puede acceder a menos que se obtenga un permiso especial. Aunque la subida es dura, principalmente desde que se entra en el recinto militar, cuando las rampas superan el 10%, supone una gran experiencia para los amantes del ciclismo.
Consulta en el mapa los atractivos turísticos de cada etapa:
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