
La Vida tiene un precio

Ya os hemos hablado en anteriores post de la tranquilidad que implica tener un seguro de vida, cuando eres el principal soporte económico de tu familia. Hemos respondido a cuestiones como ¿cuándo es interesante contratar un Seguro de Vida? ¿Qué capital asegurar? ¿Qué ventajas tiene el Seguro de Vida RGAMásVida?
En esta ocasión, vamos a explicar qué datos debemos conocer las compañías de seguros para calcular el precio de la póliza de un seguro de vida y qué factores influyen a la hora de aceptar o no a un cliente que solicite un seguro de este tipo.
El precio de los seguros de vida riesgo (esos que cubren, entre otras garantías, el fallecimiento del asegurado), lo calculamos en base a las tablas biométricas y fórmulas del tipo…
Factores que influyen en el precio del seguro de vida
Dado que PP en este caso no son las siglas de un partido político y que seguramente con el resto de la fórmula te has quedado como cuando lees una poesía en swahili, vamos a hablar claro:
Entre los datos y factores de riesgo que las aseguradoras tenemos que conocer para asegurar a un cliente y para calcular la prima del seguro, están los siguientes:
- La edad del asegurado. La fecha de nacimiento está muy asociada a la esperanza de vida de la persona. Cuanto menos años tengas, menor riesgo existe para la compañía aseguradora. De hecho, todas las compañías fijamos una edad máxima de entrada en el seguro o una duración máxima (en años).
- La profesión. Dado que el seguro de vida puede cubrir tanto el fallecimiento natural como la muerte accidental, no será lo mismo que nos pida un seguro de vida un domador de tiburones que un administrativo. Será, por tanto, un riesgo agravado el del domador y por tanto la aseguradora le cobrará una prima más elevada (en caso de que la compañía esté dispuesta a asegurarle).
- El estado de salud. No nos referimos a tener alopecia o pasarlo mal porque tu equipo de fútbol está en puestos de descenso. En esta ocasión nos estamos refiriendo a esa declaración de salud que hay que realizar al contratar un seguro de vida y en la que el asegurado tiene que declarar, por ejemplo, si tiene alguna enfermedad cardíaca, diabetes, sobrepeso, si consume tabaco o alcohol o si tiene cualquier enfermedad o antecedente médico que la compañía valorará para aceptar o no al cliente como asegurado.
- Reconocimiento médico. Dependiendo de los años que tengas, del capital que quieras asegurar o bien por tener algún problema médico o físico, puede que la compañía exija pasar un reconocimiento médico.
- Las aficiones. No es lo mismo ser el vicepresidente tercero del club de ajedrez, a que te guste y practiques el motocross los sábados por la mañana, el salto base los domingos por la tarde (¿sabías que hay un fallecido por cada 2.300 saltos?) y los martes por la noche salgas a cenar con tus suegros.
- El sexo. Una vez autorizada la lectura de este párrafo para todos los públicos, os contaremos que este factor ya no se tiene en cuenta para el cálculo de la prima pues una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha declarado ilegal la diferenciación por sexos en los seguros. Las aseguradoras NO fijamos el precio del seguro según el género del asegurado.
¿Qué cubre un seguro de vida?
El seguro de vida te protege en caso de fallecimiento o invalidez permanente y absoluta sobrevenida por prácticamente cualquier causa. Es una protección particularmente útil en casos en los que se tiene una familia y cargas económicas como la hipoteca del hogar.
Para que te hagas una idea de la importancia que tiene este tipo de protección, los seguros de vida saldan al año una media de 4.700 hipotecas, según el informe titulado ‘La fatalidad, en el peor momento. Prestaciones del seguro de vida relacionadas con hipotecas’. Esto significa que el seguro de vida es la tabla de salvación de unas 4.700 familias al año en España.
La prestación media que se abona en concepto de indemnización ronda los 35.000 euros, aunque hay casos en los que el seguro ha pagado más de 300.000 euros. Porque en el caso de los seguros de vida vinculados a la hipoteca, el seguro asume el pago del capital pendiente, en función del capital asegurado.
¿Y qué pasa si ocultamos aficiones, cambiamos de profesión (o de sexo), nos quitamos años, o empezamos a hacer puenting sin cuerda y no avisamos a nuestra compañía de seguros?
A estas preguntas y a otras más responderemos en otro artículo próximo. Así que mientras tanto, no dejes de pasarte por las oficinas del Grupo Caja Rural y protege a quien más quieres protegiéndote tú.
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